lunes, 10 de septiembre de 2012

LOS ALCÁZARES/ Arangüín, la ley del más fuerte.


Comunidad de Propietarios Eurovillas VI
Residencial Nuevo Principado. 

No por mucho repetirlo deja de ser noticia. Los residentes en la calle Río Arangüín, paralela al Paseo Río Nalón,  no tienen la menor duda de que en su calle impera la ley del más fuerte: el vehículo industrial. Camiones, furgones y furgonetas (muchos de ellos con el equipo frigorífico siempre en funcionamiento) llegan a diario para operaciones de carga y descarga de mercancías, con excesiva frecuencia sin respetar el horario fijado e incluso estacionando fuera del espacio señalizado para ellos, preferiblemente sobre la acera. Siempre los mismos: distribuidores de bebidas (cajas y barriles de refrescos y cerveza) carnes, congelados, frutas y verduras, bombonas de butano y suministros y reparaciones de hostelería.


El modo de proceder de algunos repartidores es causa de enfrentamiento con los vecinos, que asisten impotentes a una sucesión de ruidos y molestias que perturban la vida ordinaria dentro de sus domicilios, destacando los impactos de los barriles metálicos y las bombonas de gas, dentro de los vehículos y  contra la calzada. La foto muestra las señales de los impactos en el asfalto.

Lo que más llama la atención es el régimen de impunidad imperante. Los repartidores mandan. Nadie les corrige. No hay control, vigilancia ni denuncias. Al contrario que al ciudadano común, no se les multa. Sin embargo, los destrozos en la vía pública (aceras y calzada) corren a cargo del erario público, tan mermado que mantiene apagadas la mitad de las farolas de la calle. 

                                    
Quienes decidieron establecer su residencia en dicha calle, con carácter fijo o temporal, buscando tranquilidad, sol y playa, sufren las consecuencias de un producto turístico (comedores en la calle) aplaudido por la autoridad local, responsable directo de tan innovador recurso para  atracción turística. Un cambio de uso de paseo (rodeado de viviendas en altura) a restauración y ocio. Un abuso.

Resultado: una concentración de sesenta y cuatro bares y restaurantes. Un proyecto que ya es realidad y que debería ser “distinguido” por SEGITTUR (Sociedad Estatal para la Gestión de la Innovación y las Tecnologías Turísticas).

   
La distinción, el premio para los residentes en la Calle Río Arangüín consiste en seguir disfrutando, a diario, de toda una gama de molestias y ruidos, entre estos: impactos de barriles y bombonas en la calzada, por poner un ejemplo. El imperio de la ley sigue aplazado de momento.

No hay comentarios: